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Cómo se enlazan la Estrategia y la Operación

Todo proceso de diseño de la estrategia empresarial está ligado a la profundidad o nivel de detalle de los resultados a obtener y al marco de tiempo y esfuerzo que demandará el proceso al ser llevado a cabo. Aunque normalmente estos conceptos están muy relacionados, el reto reside en encontrar un procedimiento que, a la vez que simple y viable en el tiempo, produzca resultados que no se queden en conceptos. De eso trataremos a continuación. 


En la gestión cotidiana de la empresa se generan problemas del «día a día», que ocupan un lugar importante en la marcha de las operaciones de esta. Estos problemas consumen la mayor parte del tiempo y ocupan la más alta prioridad de los trabajadores (Ejecutivos o empleados), impidiéndoles ver otros aspectos tal vez más importantes para la organización y que requieren de un esfuerzo especial de análisis y reflexión para su detección. De hecho, se requiere un enfoque diferente para sobrevolar las circunstancias cotidianas y desde lo alto, visualizar un panorama más amplio y general. Es la transición de la visión de corto plazo a la del mediano y largo plazo. 


Es por ello que cuando nos encontramos inmersos en un proceso de planeamiento empresarial y sugerimos volcar la atención en los temas de diseño del futuro desprendiéndonos de la carga de lo cotidiano, a veces muchos ejecutivos fallan, mostrando gran impaciencia por llegar a resultados concretos de aplicación inmediata y mostrando gran preocupación cuando tales productos tardan en llegar. Es el temor (justificado por cierto), de que todo el tiempo que se toma en un proceso de esta naturaleza pueda concluir en generalidades o en lugares comunes que no aporten mucho a la solución de los problemas candentes del presente. 


Aquí es bueno hacer dos reflexiones, por una parte no es bueno mezclar estrategia con operatividad porque ambas caminan en tiempos diferentes y la presión por lograr resultados de corto plazo puede afectar la calidad de la visión del largo plazo. Sin embargo, si se ha de contratar servicios para desarrollar la visión estratégica, es bueno asegurarse de que los resultados aterricen, porque el otro extremo, el avance sin descenso, tampoco es recomendable. 


Entonces, ¿cómo lograr resultados terrestres sin comprometer la calidad del desarrollo de la visión estratégica? 


La respuesta se encuentra en la metodología a seguir, es decir, en la estructuración de un proceso que vaya de lo más general a lo más particular y donde no haya contradicción, sino más bien colaboración, entre los dos enfoques.


Si necesitas desarrollar una estrategia que cumpla tanto con la operación como con las necesidades de la empresa no dudes en contactarnos.


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